CUERPO A CUERPO

Me miraba de soslayo
el recuerdo de tus brazos,
la quietud de tu persona
adaptada a mi regazo.

Y tanto te estremecías,
que de tus suspiros harto,
poseído, ataqué
tu boca de suspiro y clamo.

El silencio se hizo dueño,
dominador de tu exhalo,
los temblores recorrían
la tersura de tu labio.

Mi cuerpo contra tu cuerpo,
tu carne contra mi carne,
deseo contra deseo,
guerra de besos guardados,

nos llevaron victoriosos
a los campos de Morfeo
poblados de blancos lechos
donde descansar los cuerpos.