CARTA A LA. MUJER

Vivir sin tu luz, mujer,
es vivir en horrible oscuridad,
respirar aire viciado,
que termina por ahogar.

Querida mujer:
Hoy me advierten que debo felicitarte
por ser el día de la "mujer trabajadora".
Yo les respondí airado:
¿ Quienes os han infundido
semejante patraña,
si la mujer desde que existe,
ni un sólo día ha dejado de trabajar:
en los campos, en hoteles, en casas;
en comercios, oficinas y hogar...?
Es cierto, y se debe reconocer,
valorar y homenajear, junto a todas,
a aquellas pioneras que supieron, víctimas,
pelear y reivindicar sus derechos laborales
en términos de igualdad.

No sé cómo expresarte:
cuánto por tí siento,
cuánto te he de agradecer y reconocer,
cuán grande es mi débito,
y cómo te lo podré corresponder...

Porque, de tí nací,
tú me amamantaste,
a tí entregué mi vida,
de tí me enamoré;
de tí recibí los frutos
más hermosos que anhelé...

Yo sé que hay quienes no saben,
-mejor,- no quieren saber,
que el odio y falso orgullo
nubla sus mentes
para acometer y finiquitar,
la delicada fragancia de tu ser.

No temas al hombre, mujer,
que hay muchísimos que te valoran,
que te respetan y saben querer,
que no son monstruos
que desean hacerte desaparecer.
Sino que son compañeros
que con respeto te acompañan
y fortalecen tu lucha por
adquirir
tus derechos en términos de igualdad.
Que no castigan ni violan,
que desean compartir sus vidas
y crecer junto a tí, admirados de tu valer.

Por todo y mucho más,
que te debo agradecer,
te deseo: ¡¡muy feliz "Día de la Mujer"!!

Tuyo siempre.