ACOMÓDATE A MÍ

Como muere el poeta,
dejando su poesía
por testamento,
así muere la energía
del hombre que un día fue,
de la naturaleza portento.

Sólo queda de él,
una efigie levantada,
monumento de sueños,
recuerdos,huesos,y una carne apagada.

Déjame estar
bajo la paz de los cedros,
ya no necesito vivir
para satisfacer el deseo
nacido de mi sexo.

Hoy necesito, amor,
la paz serena de tu beso.
Las fuerzas amatorias
se me fueron
cómo agua por sumidero;
y queriéndote poseer,
sólo me queda el intento.

Déjame seguir
por este camino nuevo,
donde la tersura de tu muslo
sea mi único consuelo.

Déjame de tí,
sentir el calor de tu cuerpo,
tu plácida compañía
que calienta nuestro lecho.

Déjame hablarte
para escuchar tu silencio,
acomódate a mí,
verás con cuánto amor te siento.