Tanto amor

Pregonando el alba beatífico de tu rostro
va eximiendo los verbos cobistas serenos
colmando mi poema de rosas que adoro
tan etérea absoluta en brisas amenos.

Encantado en la eufonía de tus jolgorios,
cadentes alientos amartelado de tu acorde,
total hermosa silente de oprobios
perfecta al amor mío concorde.

Los pajarillos emiten lo fausto del laurel,
adherido del canturreo guitarraviva,
danzante al compas del corazon en fé
junto en besos melódicos ingenua lasciva.

Lluvia de pasion de mi ética al esmero
recio combatiente para tu alma divina
nociones inocuas al redactarte completo,
peregrino en tus sendas para tenerte en mi vida.

Tanto como el universo y mucho como el infinito
así es el omega de mi amor hacia tu trono
puedes cotejar con mis brazos te pido,
y saber que la franqueza yace te lo propongo.

Dócil de tus melenas apaciguado de la elegancia,
picardía al brillo de tus ojos tiernos,
lírica repleta de lo dulce en abundancia,
transformas en primavera al frío invierno.

Confieso que el agobio es cesante en lágrima aljibe
cuando avizoro tu oasis en medio de mi desierto,
moribundo recaigo en palmeras suyas legibles
feneciendo mi fatiga en quietud cubierto.

Querida mía, dare rebelión ante el destino
por que ni profecías dará término a lo luchado,
soy sapiente de lo inminente en disgusto salino
pero no soy pusilánime del porvenir esperado.

¡Si tu!, musa de mi verbo, musa de mi vida,
si acogieras las flores fragantes del mundo,
si contaras lo infinito de los astros en un día,
tendrías una noción de mi sentimiento fecundo.

Doy término a mis letras hacia tu nombre celestial
recordando tu piel fina de lo olimpo para amar,
divisando tus manos para darme dádiva especial
lo concedes a mi diestra retirandome de su majestad.

Y digo... gracias Reyna mia siempre sere leal.