Conetenidos ibogamicos

-¿Qué es lo que pasa?
Digo, cuando uno muere.
-Quién sabe. Yo, yo creo...
-A lo mejor...
-Pues si, a lo mejor.

¿Qué pasa?
ya no creo en las masas;
a las malas aprendí
que la cultura me casa,
el fútbol me amansa,
empaña la vista
Y llena la pansa, pero sigue el hambre.
Como zombis andan,
a la tumba me arrastran.
Sus ideas me castran
pero en un momento pierden la carta.
Sus voces se alzan
como gallinas que cantan
pero es domingo y nadie se levanta.
Yo pido un poco de calma
que la vida no me alcanza para liberar el alma,
y tengo ganas profranas de palabras arcanas;
De decendencia africana
y ascendencia americana.

Cultura enemiga
endémica y epidemica
escuela espartana
esperaban la campanada
es una canallada
yo brillando ¿pero la mente apagada?

recuerdo aceptación del paradigma
para pasar parando patadas
de los monoteístas
cuando alguno me quiera aullar me voy en la pista
Su conocimiento es muy finito.
Que no existió Budah, krishna ni Cristo.
El silencio es el amor infinito.
Las religiones vienen en ediciones y también en colecciones pero no proveen conexiones más bien separaciones.

La separación
tiene mi mente dando vueltas como el samsara.
Ahora veo la cara de dios en el espejo al pendejo y al pellejo le pedí que me amara.

-¿aceptación?
¿Para que quiero la aceptación de mi enemigo?
-Hay quienes creen que eso los hará sentir mejor.
-pues esos son los que no se conocen, necesitan que la sociedad los acepté para que los puedan definir. Pobres diablos, son peores que los ya adaptados.