Cosas de la vida
La nuestra fue una extraña partida:
yo era joven y me comía la vida,
seguía el rastro del amor entre jarales
y alambradas, como novillo en celo,
disparaba flechas y dardos sin sentido.
Ella era agua que brillaba con ruido de luz,
luz que estallaba con ruido de agua,
poblaba los fresnos de cucos y abubillas.
Yo era joven, había visto pocas cosas, pero
sabía que no hay razón especial para vivir,
que es suficiente el estar vivo.
Ella, sin embargo, se moría,
huía de un cazador más tenebroso:
la muerte era el montero y ella, la presa.
Y ganó la muerte, siempre gana.
Cuando se impuso el silencio en las veredas,
no había nada que pudiese apaciguarme,
nunca me curé de las heridas, agonizaba
como el ciervo herido que escapa a la jauría
para morir en un hontanar umbrío.
Era un mendigo delante del palacio del rey,
un acantilado en el que se rompen las espumas,
una arista en la que se rasgan las mentiras.
Estaba vivo, podía lamerme las heridas.
("Ordalías del nuevo ciudadano")
Comentarios & Opiniones
Buen trabajo!!!,mis aplausos por ello.
Salud y a cuidarse José Manuel.
Que maravilla José, que historia de un amor, dónde la muerte puso distancia y no obstante .. No había nada que pudiese apaciguarme, nunca me curé de las heridas .. Es una bella narración de un dolor inmenso, nostalgia, tristeza, siempre es un seguro
Deleite en la lectura la visita a tu espacio, encantada con la obra, derroche de sentimiento en cada verso, abrazos cordiales desde Michigan y hasta España, feliz tarde amigo poeta.
Impresionante poesía.
Hay un sello fatalista. Y el título "COSAS DE LA VIDA", acaso provocadora, desafiante porque nadie puede tomar sus cosas de la vida mientras no lo permite, aunque tiendan aceptar a su contraria.
Saludo cordial y hasta pronto.
Gracias, Jesús Ángel. Salud por Cantabria y saludos
Gracias, Xio. Feliz día para ti en Michigan. Abrazos
Gracias estimado artista. Saludos cordiales
Muy buena obra, esa historia impresiona, trágico final para la belleza del amor joven. Nunca se cierran esas heridas cuando se siente de veras.Gracias por compartir. Emocionante poesía. Saludos, un abrazo
Gracias por tu lectura y comentario, Michael. Saludos cordiales
Caballero, vuestro trabajo siempre suma.
Da para aprender y disfrutar a través de cada estrofa, complace a manos llenas.
Reciba cordiales saludos.
"Era un mendigo delante del palacio del rey,
un acantilado en el que se rompen las espumas,
una arista en la que se rasgan las mentiras.
Estaba vivo, podía lamerme las heridas."
Elevado cierre.
Estimada Dama Azul. Agradezco mucho sus amables comentarios. Saludos cordiales desde España