Mantra

Cada vez más necesariamente tortuosa,
Cándida y fluctuosa, ¡que me importa que nos señalen!
Si yo te quiero indecente, Lúbricamente candente
Seré claro ¡no te quiero para amar!
Si han de matarme que sea por profano y no por catequista
Soy desertor de estúpidos cultos y vírgenes de yeso
¡Más no un ateo! ¡Porque creo en Ti y en la Omnisciente y clara Energía!
Si caigo entre los polvos de las batallas quesea por rebeldía y no por sumisión.
Si soy un condenado entre abismos, tu belleza me consume.
Si es mas obscena la límpida que pierde su mirada en un deseo ahogado de vil pulcritud,
Seré claro ¡porque deseo tu lengua y tu piel!
Sé que me excomulgan por el placer de sincerarme lo que otros callan.
Si soy inculto idolatra e ignorante, seré claro ¡te deseo en mi cama!
Sin promesas destinadas a cristalizarse, ¡sin un te espero mañana!
Y si nos vemos que el deseo sea nuestra guía y ¡el no nos volveremos a encontrar!
Un mantra sin repetir.