Mi alma es un cofre que tu amor atesora

Al recordarte en las tardes de estío,
mirando pasar las nubes fugaces,
añoro tu amor en todas sus faces,
como añora el cauce el agua del río.

Siempre que pienso que tu amor fue mío,
y como libé en tus labios voraces,
néctar suave de tus besos tenaces,
mi amor se infla de pasión y brío.

Y hoy aquí, en esta tarde soleada…,
en este estío ardiente, dulce amada,
yo ardo en el placer de esa pasión…

Y mi alma, que es un cofre que tu amor
atesora, de él guarda tu primor…,
que será por siempre su ilusión...