Desde que dejé de verla…

Desde el día que yo dejé de verla,
es su recuerdo siempre recurrente,
y es que estando tranquilo, de repente,
siento que no he dejado de quererla...

Porque mi corazón sufrió al perderla,
viviendo aquel momento deprimente,
el que me hizo sentir tan impotente,
al no poder, queriendo, retenerla...

Y siempre que recuerdo aquel momento,
me lleno de ese amargo sentimiento,
con el que me sentí tan desgraciado…

Y aunque de mi alma di lo que destella,
no hubo remordimiento alguno en ella,
al dejarme sufriendo enamorado...​