Ferogonía

Pero aunque sólo por su encanto vale la pena vivir la vida
Nadie alcanza ni adivina el don que insinúa.
-H.P. Lovecraft

¡Imbécil!
Tú qué sabes,
Sólo obtienes un beso a cada momento,
¿Ya lo olvidaste?

¡Mariposas cósmicas!
Impresas perfectas y vacías,
Desplegando su ignorancia en las palabras,
Anidando en cada concepto,
Dejando sus residuos;
Llenan la conciencia
Las proto-palabras,
Bordando el árbol
Y Alimentando la duda
¿No las escuchas?
Tocan el piano
Y dictan esta sucesión de hechos
¡No te asustes!
No es el caos
¡No lxs escuches!
Sus letras están anidando en ti,
-Tú sabes a qué me refiero-
No es oscuridad,
No es falso,
No no es,
Vive detrás de tus ojos
Y vio antes de que vieras.

Vuelan en la oscuridad
De un túnel agrietado,
Agotado del tiempo,
Corroído por la historia.
Crecen sus raíces
Con cincel y martillo,
Deforman su sustrato,
“Hay un mundo posible…”
Gritó el escéptico
Esculpiendo el sustrato universal

LA REALIDAD
Eeeesssssccurrriendo
Por las paredes,
Ahoga este verso,
Siguen nadando en un susurro,
Flotando en tu palabra,
Llenando la intersubjetividad.

-La mayor tragedia del lenguaje está en sí misma-
El castigo de mi raza
Está en su propia belleza,
¿No lo entiendes aún?
Una palabra contiene todo,
Sus alas rompen el horizonte
Para morir y hacer posible la vida,
Acarician las curvaturas del universo
Seducidas por la geometría espacial.

Cada instante es devorado:
Tomado y doblado,
Planchado y empaquetado,
XX+XY no sabe de caos,
Es sólo un tropiezo de la lengua
Nacida de la ceguera.
¡Hermanos, beban!
He aquí el inicio.

II
Cuadros de un orden mayor,
Todos contienen todo.
Parpadeando velozmente,
No hay momento, Hay momentos;
Andan por un pasillo
Ininterrumpido por el tiempo,
Cada paso nos acerca más,
Mi voz surge del techo,
Te sugiere la senda,
Pero compras la imposibilidad,
Ni la locura predica con fidelidad.
Si quieres salir
No te muevas y comienza a correr,
Rompe la senda y quédate en medio,
No hay garantía de volver, pero ya has llegado muy lejos.
-¿Qué es lo que ves?-
Cada fragmento y cada poro se está descociendo,
¿Qué brota de ahí?
¡Colores!
Colores nunca antes vistos,
Las gaitas presentan nuestra entrada,
Sus estómagos digieren las palabras,
Llegamos el día de su baile,
Las letras son ofrecidas a su dios,
Los ángeles recogen sus cuerpos,
Y los llevan a él,
Su ritual ha iniciado,
Ella es enjaulada,
El juez comienza a leer:
“…Danzas en las mentes y conciencias,
Sacudiendo los hombros, cada hoja te sonríe.
-Es la burda pretensión de poseerte-
Saltas como entre charcos
Recogiéndolo todo
De este lado del mar…”

III
Y así desperté ajeno al yo,
La caricia del placer me salvo del solipsismo,
Aun tenía su presencia lloviéndome
Había firmado,
-Tabula rasa-
Estaba libre de toda carga
Era la belleza embriagante del niñx
Que huele una flor.
Ya no era mi espíritu
¡Éramos!
Terminé en la esquina de mi habitación
Asustado por la ignorancia que manchaba las paredes,
Sentí la espada de la filosofía partiéndome,
Su dulce hoja me destrozaba
El silencio termino de pintar el cuarto,
Dejé de ser,
No sentí la vida sino hasta que ella se poso sobre mis ojos,
Sus manos rompían los ladrillos
Mientras ellos
Entraban desnudxs por una grieta
Y montaban su circo al centro,
La fogata de su era,
La armonía del universo

-Aquella imagen era la sombra
De mi pasado metafísico,
El hermoso ciclo del todo-
Se besaban
Morían
Y renacían
Renacían en un halo de fuego
Sobre la espalda de su reina,
Sus murmureos se volvieron cantos,
La espiral iniciaba en mi sucio suelo
Y terminaba en medio de mis ojos
Todo se excitaba al par de sus caderas, hombros y espaldas.
“el movimiento es estático”
Decía una puerta tirada por mariposas,
Cada especie estaba ahí,
Atadas
Sometidas
Perfectas
.
.
.

Ya me fastidió pretender que escribo versos.
La diosa me levanto, su mano liberaba mi mano de estupideces morales e indiosincráticas, ¡estaba desnudo frente a la realidad! Aquí no había ideas que no fueran exprimidas de la vaca sagrada, de inmediato sentí la necesidad de entrar a esa puerta, ¿cómo conseguirlo?, ¡cómo! La diosa saco aquél artilugio de mi cabeza, un bastón de acero que alguna vez había tenido oculto, lo colocó en mi mano y limpió la basura que tenía pegada, me dijo que a partir de ahora ya no había ciencia, religión o arte, que debía elegir entre esa puerta y la flor que crecía en ése pútrido lugar, tenía todos los colores pintados en su tallo y todas las superficies, no habría de ver mayor belleza que aquella flor. Pero yo no soy de aquí replicaba, ella soltó una risa burlona.

¡Imbécil!
Tú qué sabes,
Sólo obtienes un beso a cada momento

Comentarios & Opiniones

JOSE FLANDEZ

Un buen poema nos presentas Fer, te felicito. Me gustó tu versar. Recibe un cordial saludo, poeta.

Critica: 
Fer el Kantiano

Muchas gracias, me alegro que le haya gustado

Critica: