GANAS

poema de Jorge Loyola

Hoy tengo ganas, amanecí con ganas,
casi muero de ganas.

Tengo ganas de arrojar sobre tu piel
un grosero montón de letras desgreñadas,
y dejar que sean ellas las que escriban
un poema cargado de improperios en tu espalda.

Y sí, tengo ganas —irreverentes ganas,
desconsideradas ganas.

Ganas de sentarme y observar
cómo las letras arman y desarman
impúdicas palabras.

Y cuando hayan terminado de escribir,
desvergonzadas, quiero leerte
como leía aquellos libros
esos que alguna vez guardé bajo mi cama

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