MI CRUZ ERA LIMA

poema de KOKOKAR

MI CRUZ ERA LIMA

Mi madre pesaba 55 kilos y caminaba
por el Centro de Lima
era la tarde gris —siempre era
la tarde gris.
Y ella caminaba con sus tacones por Abancay
callejuelas ardientes por el verano limeño
quemaban su piel dándole un extraño color a pacay
pálido rosa como sus almohadillas.
Era una santa que vivía como nosotros
del paso del aire fresco de la tarde
de una canción en la radio
cosía y tejía hasta dormida
Y ahora cuando ya cargo sus años y voy perdiendo
lo que ella perdió cuando cosía y tejía
creo verla todavía cosiendo y tejiendo
con los ojos bien abiertos.
Mi madre siempre nos daba consejos
aunque a ciencia cierta
ella intuía que era el único que los recibía
discutía y ponía en práctica,
y los demás no se daban por enterados
y nadie quería escucharla
y nadie los practicaba
y nadie era nadie para dar el ejemplo.
Ella nunca dijo nada
fueron sus cánticos los que me dijeron
cuando dormitaba
que ella era María para mi
y que yo era su Cristo
Judas tal vez era el vecino
José quizás encorbatado caminaba por el Centro
siendo un gran doctor para los tribunos
Y no por ello dejaba de ser mi padre
Y yo estaba por cumplir los seis añitos
edad en la que tengo mil preguntas
y las pocas respuestas que poseo son tan mías como:
ella era María para mi
y yo era su Cristo
mi cruz era Lima, los judíos trabajan frente al Sheraton
el señor juez estaba en Palacio
preparando su discurso...
Y Cristo dejó de ser lampiño
pero no flaco como Lennon
ingresó a la corte sin pedir audiencia
abordó al letrado sin vergüenza de su pobreza,
de su noser o porque no lo dejaban entrar
y simplemente se despidió para siempre.
Un día lo vi en Caracas con aguacero
Y nunca más volvió…

De “Parafraseos Migratorios”, escrito por Jorge Carrión Rubio, en Caracas, a los pocos meses de haber migrado a Venezuela. 1989.