CARTA DE BIENVENIDA

Para andar
yergue tu cuerpo con firmeza,
adelanta una pierna
sin alejarla mucho del suelo,
posa un pie en tierra firme
y balancea la pierna
que ha quedado atrás
hacia delante con un impulso:
sin darte cuenta estás en movimiento.

Para hablar
entiende las palabras
- aprende también nuevas -
entonces, trata de saber
qué necesitas para saber
qué debes decir pues
hablando te entiende el mundo,
pero atención, lo más importante:
el mundo se entiende escuchando.

Para dormir, no tengas miedo:
el silencio es aliado
que servirá de gran ayuda luego
y la oscuridad es como cerrar los ojos
y hablar consigo mismo
es encontrar un amigo.

No hay nadie bajo la cama,
hay un mundo bajo los sueños
y el manto del cielo son las sábanas
y las estrellas un punto de encuentro.

Para aprender a pensar,
debes aprender a pensar.
Cuanto más quieras aprender de tu entorno
(que siempre te acompaña)
de manera más rápida aprenderás a ello
y pensar será meramente un juego
del cual querrás formar parte
y aprenderás a encontrar maestros
en cada uno de los libros,
en las caminatas por las calles,
en la escucha hacia la gente
y en lugares inusuales.

Para sentir, siente, pero también entiende
que no todos sienten como tú,
que hay quienes sienten diferente
y saben ponerlo en palabras
si alguien se interesa verdaderamente,
piensa que cada entorno es diferente
y la gente camina diferente,
y la gente habla diferente,
y la gente piensa diferente
y la gente siente diferente.

Para aprender a vivir,
es más complejo,
ya que absolutamente nadie sabe
como formar parte de esto
y aprendemos muchas cosas
y decimos mucho, es cierto,
pero tampoco nadie nos enseña a tener miedo
y es tan natural como respirar
y nadie vive sin respirar, desde luego.

Para aprender a morir,
es sencillo
tal como se cierra un día
y emergen los sueños
y nos adentramos en la noche
y nos encontramos en silencio,
dejamos de respirar
y abandonamos el pensamiento:
llevamos una vida practicando
y toda andadura
llega su punto de encuentro.