La caja de Pandora

La caja está abierta,
gran desgracia para mi alma.
¿Quién dejó en libertad el mal que me asecha?
No encuentro la luz del sol en la tormenta,
y el diluvio me ahoga en la tristeza.

¡Oh Pandora!
Son ellos los que corren de prisa,
y se burlan con su risa,
sabiendo la pena que me arrastra,
sin saber cuánto la extrañaba.

Quisiera esconder cada uno de mis sentimientos en esa caja,
y siempre mantenerla cerrada.
¡Por favor, Pandora!
Enciérrala en lo más profundo de la tierra,
para que ella nunca encuentre mi pena,
de haber perdido la vida entera.

Solo fue su partida,
el dolor y la ira,
y este vacío que domina la locura,
el testigo de la culpa,
aquella que me sigue sin ninguna duda.

Sigue la misma pregunta,
que carcome la mente herida.
¿Quién cerrará la caja de pandora?
Mientras la esperanza descansa en ella,
para mantener la llama despierta,
y en las noches el amor espera,
cerrar la caja de pandora.