Día de espinas.
poema de Jesús Ángel

Persiste en lo que crees,
sin rendirte ni dejar de remar,
que la vida, sin desafíos,
no es vida de verdad.
Enfrenta la tormenta y el bravo mar;
la vida no es camino de rosas,
y, a cada paso, cunde más.
Acepta lo que venga
y lo que haya de llegar,
pues la vida es muy corta…
y también para llorar.
Lucha por lo que quieres;
ese es tu hogar,
y la vida ya te enseña
hasta dónde puedes llegar.
Sé tú mismo,
y también con los demás,
porque lo que aquí construyas,
contigo partirá.
Quiere con alma,
y con el alma seguirás;
la vida es un milagro
y la eterna oportunidad.
Viernes de espinas,
aprovechado hasta el final;
y, ante la herida,
su fruto le puedes sacar.
Pues incluso en la angustia,
la vida te recuerda
que cada espina florece…
¡si la sabes abrazar!




