Quinto viaje por Mademoiselle Guimauve

“Tú eres mi calma, no te desborones.
Tú eres mi compañía.
Eres una epifanía en medio de tanta soledad”.

Y estamos complementados, uno con el otro, ensamblado, diseñados para encajar, así pienso al menos yo, así deseo que pienses a veces tú.
Somos un puzzle complicado, una extraña definición de unión, y me encanta pensar que estamos acoplados, unidos, y así las cosas deben ser.
Pero, ¿Y si somos frágiles amor mío? Si somos solo vidrio fino, si no somos quienes parecemos ser, entonces nuestra hermosa unión será otra ilusión amarga, otro trago de otro coñac, otra resaca a las diez de la mañana. Los fantasmas volverán y todo tendrá menos sentido.
Es que me aterra pensar que cualquier jugada maliciosa del destino nos borre la belleza, que cualquier minuto sea capaz de arrancarnos las caras que caerán tendidas al suelo volcando las sonrisas. Hay tantos arrebatos y tan poca fe.
Mi pasado a veces toca la puerta, a veces recuerda todas las deudas, y por ahora eres tú ese escondite que tanto necesito. Tu pasado en cambio te corre, pero huir no es sinónimo de ausencia.
Somos hechos diferentes, solo para complementarnos…
Amo tus colores, tus matices, tus grises, me encantan tus sombras y relieves, el surrealismo de tus ideas, la penetración luminosa de tu mirada, la presencia artística de tu persona, es que eres una obra de arte Mademoiselle Guimauve, y todos lo notan.
La primera persona se abre paso nuevamente en mis confesiones, el suspenso de la tercera queda atrás, el psudo-anonimato de la protagonista de esta obra era solo un capricho escuálido de mí ser, tu firma esta al inicio y al final, tu esencia acompaña estas revelaciones de mi alma, que son mi único tesoro.
Los pasados no importan, somos presentes ahora, somos los futuros que construyamos, mi presente se siente a gusto conectado con el tuyo. Edificamos futuros imaginarios, planes de perfumes, sostenidos con fuertes bases de ilusiones que es, lo uno que tenemos.
-Un bastardo falta de gracia.