DEBO DEJAR DE FUMAR

Tres años, ya son tres años
en que no dejo de fumar
Nunca hice sentir su ausencia
Aún si no lo podía tocar
siempre lo podía sentir…
...su aroma… el placer

Un placer único
Un amor incondicional
que nunca llegó a la reciprocidad,
pues aún en la distancia
no pude permitir que el olvido
se lleve lo mejor de mí…
… como lo hizo él…

Entonces sentí cómo el olvido,
en sus brazos fríos, me llevaba
lejos de él…

Él, mi cigarro
Aquello que encendió mi vida
en una adicción
Aquello que me dañaba
pero también me curaba
Aquello que convirtió
mis mentiras en una realidad
y aún por la crueldad,
era una verdad confortante…

Él, que puede ser fumado por muchos, olvidar fácilmente a sus fumadores y dejar que lo amen sin condiciones, dejó que me vaya sin remordimientos…

Se me hizo costumbre sentirlo tanto que hasta olvidaba que yacía mucho tiempo lo nuestro había acabado…

Era y es peligroso seguir fumando
porque aunque ame sin condiciones
el frío del olvido me invade
cada vez que siento la calidez de los recuerdos…

Pues sí, lo amé
Tanto que hasta me dolía amarlo…
iDios! Duele tanto…

El frío del olvido me daña
Es un dolor que me hace sangrar
Y por eso debo dejar de fumar
Por mi, por el amor que me queda
para mi…

Dejaré que el olvido lo lleve en su regazo…
Cigarro… aunque olvidarte será imposible, he dejar de amarte… dejar de fumar…

Debo dejar de fumarte
Y lo lograré.