Humo

poema de Simón Díaz

La noche nos dibujaba todas las verdades, el humo se diluhía sobre la atmósfera opaca e inquieta de la juventud. Nos dijimos tantas cosas en silencio, tantos gritos ahogados que gemían sobre la cama. Tantas horas sin mirar, desnudos, sin nada más que compasión (frágil y maldita resaca de lo que nadie consume) y sólo el viento, sólo el fuego de lo que alguna vez ardió. La noche nos vomitó todas la verdades, pero nos sorprendió apenas niños, apenas ingenuidad sin perdón, y ahora me toca dejarte bailar sola, envuelta en la oscuridad de este sueño tan de nadie.