La vida en Madera II

Acariciando tu cálida veta y fina textura
Se remueven las fibras de mi conciencia
Con un relajante aroma que aún perdura
Y se aloja en el aserrin de mi presencia.

Que obra de arte me has de regalar
Cuando tu corteza retire y tu alma descubra
Al adentrarme a tus secretos al cepillar
Tu armoniosa veta que me has de regalar.

De estructura fuerte y a la vez flexible
Se componen mis herramientas que te labran
Amoldando los mangos que con mi agarre
Combinan un baile de intenso zapateo
Creando ensambles , canales o cajas
En cada paso nuestro diario andar.

Que recubrimiento te he de aplicar
Pues es difícil hallar algo que te haga justicia
Ya que no quiero nunca opacar
Esa presencia natural que tanto hipnotiza.

Presencia que calma clamores y deleita deseos
Mientras reconforta y cobija sueños.
A lo largo de mi camino entre vidas
Completando el ciclo con cada retorno.

Es grande tu sacrificio en la existencia
Pues inerte en un objeto proporcionas propósito
A vidas intranquilas y habitaciones vacias
Iluminando el espacio con suma naturalidad.

Complejo e ingrato a veces es tu trágico final
Llegando a protagonizar en un gélido invierno
Un sacrificio en cuerpo y alma de fuego y humo tu destino al rojo vivo irradiando  cálido amor
A  existencias congeladas y de frágil vida
Integrando tu último aliento a cada respiro
De todo circundante ser.
Que por décadas te ha de recordar y agradecer.