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Vivimos refugiados en una foto
que pretendemos que lo diga todo
y en realidad no dice nada.

La postura que adoptamos,
el fondo que estratégicamente elegimos,
un filtro para borrar imperfecciones
¿Como hacer que sea vistosa hacia la gente que presuntamente nos halaga?

Mirada cabizbaja reflejando
una personalidad introvertida.
Que no te confundan.
En realidad estas viendo
una persona arrepentida.

¿Que le vamos a explicar a nuestros hijos?
Si la forma de amarse a uno mismo
es esperar la aprobación de los demás individuos.

No lo se.

Mentiría si dijese que yo soy especial,
que no me importa la aprobación de los demás.

La vivencia donde sientes
la brisa del mar rozando tu nuca,
es tuya y es intransferible.
Desde lo bien que te sientes
hasta los sueños que persigues.

Parejas que no se lanzas ni una mirada en un bar,
una foto antes de que el avión que te lleva a un destino plácido,
empiece a despegar,
un disparo selfie antes de saltar.

¿Esencial para completar la biblioteca de tu amor propio?

No lo creo.

Por eso lanzo un llamamiento
a conservar sensaciones y recuerdos ocultos
para cuando te encuentres con ese amigo,
le cuentes lo bonito que ves el mundo.

Desde una perspectiva humana.

El calor de cuando te escuchan y en ti se reflejan,
el roce de una mano que reafirma lo mucho que le importas,
las miradas que expresan todo tipo de mensajes,
en definitiva,
una conversación cercana.

En persona.

Sin un "chek" ni una foto,
dejando de lado los "likes",
los "coments" y los miedos.
Que no son pocos.

Javier Pineda,
Copyright©2017