.dolencia

poema de Javier Pineda

La carencia de amor marchito su corazón
y con el tiempo también murió su pasión por la vida.
Se creo expectativas que no llegaron a cumplirse
y se dejó a la regularidad del consumo oculto.

En esas reuniones bilaterales
que condicionaban sus pensamientos,
se sentía a gusto.
Se olvidaba de lo que es justo
y maltrataba su cuerpo a base de disgustos.

Como un cohete salía disparado del lugar,
sus problemas se alejaban de él como su familia.
Quedaba poco tiempo ya hasta
que perdiese del todo las riendas.

Un solo rallo de sol entraba en el oscuro cuarto
y solo un sonido acompañaba la subida,
una sola respiración,
una sola huida.

Marchitado y pálido rostro.

Arrastra las manos por el suelo queriendo encontrar
lo que sería la llave de su salida.
Dos enfurecidos golpes llaman a la puerta!
Era el casero queriendo cobrar el alquiler del mes pasado.

Los parpados no realizan su función,
los dedos negros,
la cabeza le pesa como un ladrillo,
esta sólo y no obtiene comprensión.

Pasaron días iguales,
se solapó el vicio con la costumbre.
La pena con el llanto,
el vuelo mental con las ganas de huir,
la fragilidad de sus pensamientos
con las ganas de morir.

Y murió en vida.

Los minutos se trasformaron en odiseas de tiempo.
El espacio se volvía cada vez más propenso
a parecer una cárcel, más que un piso en el centro.

En un lapso de lucidez antes de la próxima toma,
llamó a la que para el es su diosa,
su musa,
su recuerdo,
su queridísima exnovia.

Ella con temple se acercó al lugar del abandono.
Con mirada tierna y suaves manos acarició el rostro
perdido de aquel adolescente encerrado
en el cuerpo de un adulto.

El mismo que se creía invencible,
el mismo que por miedo a vivir decidió ser débil.
El mismo que amaba a su pareja
y la dejo en su día por querer ser alguien.

Pasaron diez años.

Baboso y de ojos claros,
tierno y alocado con la carcajada por costumbre
así es el bebe que tuvieron en un momento de cumbre.

Será que la vida enseña,
será que la vida atrae distracciones que no nos dejan ver quien hay.
Será que el amor lo mueve todo o al menos algo sé,
que si se quiere de verdad todo es posible.

Javier Pineda,

Comentarios & Opiniones

María del Rocío

Relato triste, pedazo de vida adolorido. Me quedo con tu última frase, llena de esperanza.

Critica: 
María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Javier gran placer pasar por tu buen pluma, saludos.

Critica: