Sueña el hombre

Llorar, sufrir, amar.
Si el hombre no puede hacer estas cosas,
¿Porqué soñar?

Nace el ave,
y con el don divino de surcar los cielos
a la vida honra desafiando al viento
con la elegancia de su vuelo.

Nace la bestia,
animal rudo. Y con su tez peluda
y sus potentes patas domina la llanura
con el rugido propio del que sabe quien manda.

Nace el hombre y la vida observa
y comprende. Y vibrando el corazón con el don divino
del asombro y la maravilla, plasma la vida en su poesía;
él es el creador.

Y el hombre, si a hacer esto no alcanza,
sufre el mismo destino que el ave
sin viento ni alas, que la bestia sin patas ni honra
que sumisa nunca se alza, que el hombre roto,
que ni sueña ni ama.