La noche no es eterna

poema de Jalei

No es cierto que el amor
se cansó, no es verdad
que ya no empina a la
esperanza. Si cuando
aún su clarín mismo falta,
miles de lágrimas ante
él, inundan, su fe levantan,
un "por qué" alzan.

Quien se atreve a decir
que no quedan amores,
si de ellos sobran colores...
grafitis, heridas en los árboles,
peregrinos sueños;
tercos corazones...

Valientes, amantes; que
han borrado de la vida
oscuros dolores, que disfrazan
en máscaras sus lágrimas
para alentar a los peores...

Que han formado filas fuertes
contra toda monarquía de la
historia; aún sin estandartes,
ni tributo, ni ovaciones.

Lleva el amor la confianza
de la luz, el nacer de
causas más hondas, inmortales;
vivir, vivir y ver de nuevo
a la montaña, como reparte
panes y flores.

Quien es aquel o aquella,
que ha dudado de ser,
humano, del ponerse
otra vez en pie, cuando lo
amenaza "lo malo"; le tira
golpes y maltratos; quiere
robarle todo lo que ha amado.

Bien se merece la suerte,
pagar el daño que ha causado,
morir hasta ser contexto,
quedar en por cientos lejanos;

Ahora se oye una lucha,
una batalla que encausa,
abrir el aire que implora,
ese mismo aire que busca
abrirse paso entre fosas.

Quizás, hasta ignorado;
ahora le prende a la muerte
un fuego silente y de prisa,
allí obligo subordino de lo que pisa,
pisa con rabia a tanto valor sonriente...

Camina con viento a favor, y
de prisa, pero la distancia se acorta,
nunca la noche fue eterna;
aunque la mañana fría...

Su sombra, sorpresa alejada
que rompe su azote cual
olas de invierno, no recuerda ni nombres,
ni las vidas que ha silenciado,
ni las que ha llevado al encierro.

No es verdad que se ha rendido
la fe, no es un hecho verídico
que se disecó el mañana,
solo que es proceso esta
batalla, batalla por la vida,
y no cruzadas...