A mi querido abuelo Hugo Sepúlveda Torres (HUSETO)

Te fuiste una fría tarde de otoño, dejando mi corazón herido, sintiendo en mi alma un gran vacío. ¿Cómo poder soportar que después del fuego exista tanto frío? Sin embargo, pienso y reflexiono que ante la pérdida de un ser querido, es imposible no recordar el mutuo amor que nos teníamos. Fuiste mi gran abuelo, mi compañero, un gran amigo, un tesoro que jamás fue escondido. Hoy en día, con humildad, a Dios le pido que me dé la fuerza y el coraje, para ser el hombre que tú has sido. Descansa en paz, mi querido abuelo. Yo seguiré mi destino, con la esperanza, de que al final del recorrido estés tú con tu lámpara amada y tu largo abrigo, listo para guiarme al final de este camino.