Último saludo

Preso de expresar lo que ya no habita aquí. Te siento ahora, rasgo con mis uñas la puerta que se cierra cuando te recuerdo. Es imposible todo esto, se muere de cruda toda verdad cuando pienso en ser. Ya no quiero participar de este juego, soy muy inestable para llevarte al otro lado, allí donde mi realidad habría descifrado el tiempo exacto para besarte. Perdí este juego muchas veces, me siento diferente y a la vez tan común, no se frenar mis miedos solo dejo que me atropellen. Ojalá conociera la lección de todo esto y no olvidara las reglas, para dejar un epitafio antes de rendirme que resuene en mi siguiente vida. Es ridículo esperanzarse de la ajena dependencia, más aún empezar a enamorarme de ella volviendo a casa después de la última vez que la vería.