Agosto

Hoy sin más afán de matar otro poema diré aquí aunque me falten las letras lo que he venido evitando.
Tu, una suerte perfecta glaceada de madurez juvenil y de feminidad ilustrada en estudiadas sutilezas que despistan a los angeles más prudentes.
Guardas los peores restos de quienes te entregan sinceridad, y detrás de la pantalla para perderte de risas si las tienes que entregar.
Poco se sabe de ti y poco saben de ti las aceras, será que nunca estás huyendo, será que siempre estás cerca.
Cuidas de no abrir las heridas, mi niño te abrazaba, pero no cuidas tus cosas, no hay caso, en tu casa fallecen los vasos.
Le tengo miedo a tus preguntas que tan fácil me revelan cosas hasta de mi, y hago poco más que pasar el tiempo descubriendo cosas bellas de ti.
Conocemos la fórmula para no alejarnos, al menos disfrutar en el tiempo que nos perdemos, pero esta vez la seriedad le ganó a nuestra broma, poco me queda de tu aroma.
Arrojada a amar, de caída libre, de esperar sin esperanza al mirar el amanecer, de atender y cuidar a quien quiso decirte sus últimas palabras.
Mi desastre te extraña, mis lágrimas caen sin rumbo y se ahogan en el viento cortado de tu voz, tu voz.
No quise hacerte más indispensable y preferí alejarme.
Por esta suerte de conocerte callaré el secreto, tu no te imaginas dónde estuviste en mi vida.