HORA VESPERAL

Ella es como las alas de una mariposa
Que al tocarlas frágilmente
En mis manos decoloran.
Ese color puede ser la caricia estampada en el ensueño
O pintura de arcoíris en los más azules cielos.

Ella es como un amanecer trujillano de agosto
Que sonríe apenas al mediodía
Cuando el corazón se llena de alguna alegría
Que antecede a la hora vesperal del invierno.

Ella es como una ola espumeante
Que tocándome llega a mi orilla
Y me envuelve cual viva raicilla
Volviéndose al mar atrapando a su amante.

Ella es la naturaleza existente en un idilio
Y unas lágrimas dulces de arcángel.
Ella es la autóctona canción del refugio
Dónde a diario se riega la rosa y el lirio.