Tiempo sexo y un cafe
poema de El aprendiz del mecanico
Al reloj lo bendigo cuando me ayuda a pensarte, a ser tu amanecer y a desnudar tus noches.
Al café le rezo porque tus besos nunca falten en cada sorbo que le doy a la vida.
A tus manos las idolatro pues como marioneta me hacen bailar al compás de la lujuria.
Y a la blasfemia la invocó cuando con tu carne me haces sentir mas que Odin, Zeus y Buda, cuando me haces sentir que soy y no soy, que existo sin existir y que la vida es insípida después de poseerte a ti