Sin título

"Uno de sus muslos dorados me empujó fuera de Occidente con dirección hacia su Oriente de arenas trágicas y ciudades sangrientas...
Su mano tibia y dorada se posó (con esa delicadeza que se impone) sobre la mía, acariciando con su índice el mío propio (animando igual con esa delicadeza que se impone) a presionar el gatillo...
Su voz, rebosante de melódicos cantares antiguos, retratos vocálicos que me impulsaron a hundir mi pie en las arenas trágicas y agazaparme fúrico ( aunque sumido en el terror) entre los escombros de las ciudades sangrientas de sus ancestros.
Govinda Recinos