La Danza de los Viejitos
“El célebre Tata Vasco vio bailar viejo tarasco.”
“La Danza de los Viejitos”
bastones, máscaras, mitos,
con su traje peculiar
lucen, brillan a radiar.
Que lindos esos atuendos
dignos de hombres estupendos
son por todos admirados
los “uarharis” encorvados.
De Jarácuaro su alma,
usan sombreros de palma,
les cuelgan varios listones
de Michoacán son pendones.
Gabanes rojos colores,
grecas negras, ¡son señores!,
es pulcra, limpia, la lana
que al punto los engalana.
Muy vistosa tal franela,
¡qué toquen “Flor de Canela”!
y luego “La Golondrina”,
esa pieza es su madrina.
Camisas de manta blanca,
calzones de poca zanca,
los finos caros bordados
se aprecian harto labrados.
Su calzado es incansable
la suela tan admirable
de duro cuero o baqueta
resuena, al compás, coqueta.
Un bastón que no se quiebra
parece hasta que celebra
la madera tiene un don
bueno, fino ese bordón.
Son expertos danzarines
bien escuchan los violines,
contrabajos, las vihuelas,
aunque carecen de muelas.
Tienen mucha resistencia
que bailen “La Competencia”
p’urhépecha melodía
que alegra la luz del día.
Para éllos su gran edad
es poca, una nimiedad,
no hay fatiga en el danzar
nunca quieren descansar.
Sus achaques y temblores
hablan de tantos amores,
en máscara la sonrisa
porque no les corre prisa.
Su patrón el Niño Dios
jamás les dará un adiós,
“t’arhepitis” lo han querido
desde muy recién nacido.
Benditos están sus pies
pocas veces un traspié,
¡qué pegue fuerte el huarache
contra el piso que retache!
Que sacudan la polilla
son toda una maravilla
es verdad están longevos,
¡pero, le echan muchos hue . . .!
Autor: Lic. Gonzalo Ramos Aranda
Morelia, Michoacán, México, abril del 2010
Dedicado a mi ahijado José Alexis López Gabriel
Reg. SEP Indautor No. 03-2010-102913333100-14