Áster
Áster
Sobre la niebla azul
que cubre el valle
el sol tibio del otoño
se acuesta ya
en el poniente,
sobre los altos tilos
las nubes pasean gentilmente
y crean figuras de sueño
con primoroso detalle.
En el sílice
de mi altar de piedra,
la esplendorosa gloria del final del día
refulge
con los últimos rayos
del astro rey,
sobre la faz bella
de la estatua de juvenil figura,
en la marmorea piel de doncella…
la vida
no ha apurado aún
las postreras vueltas
de su noria.
Desde las solitarias
y altas ventanas ojivales
de mi castillo de locura,
los caniculares rayos de sol
entran en los salones vacíos
y llenan así la estancia de luz…
a raudales.
Sobre la tersa superficie
de sus mejillas,
en una fría lágrima detenida
reverberan
mil facetas de diamante
mil besos ausentes,
la presentida pena
ya consumada,
y un cosmos que se pierde
en la entropía
de mis sueños.