DESCUBRIENDO

Entre fosca alborada vislumbro una figura;
Conjeturas vuelan,
invadiendo el alma, cosquilleos de locura.
A tientas recorro su rostro,
aspirando un azafrán fogoso;
el sublime y díscolo bufido de su carcajada.
Un misterio profundo que asusta y detiene, baila al son de su cabellera.
Cerrazón se vuelve: esfumándose y reapareciendo, como velero.
Elevándose, hundiéndose en ese triángulo de calimas bermudas.
Y de la nada …entre sagas, fluye un ámbar de misterio.
Siento una nada vacía, un hueco oscuro albergando todos mis sentidos.
Un hueco vertical que se hunde certero en el núcleo mismo de la germinación.
Entonces en esa bruma me conozco y me descubro:
¡Esa soy yo!
Esa es mi risa, adueñándose de esta nada vacía.
Resonancia de eco salvaje, disolviéndose al mundo.
Esos son mis pasos perdiéndose en tu busca.
Caminando frágil, certera, saltando dudas y encontrando al fin el camino.
Esas son mis manos, acariciando las gotas de rocío.
Tocando los días, desmenuzando las horas,
rechazando ser, de la razón cautiva.
¡Esa soy yo!
Lluvia de pasión incontrolada,
invisible para los sentidos comunes.
El grito que no se escucha,
porque en silencio se calla.
Esa soy yo, la que siempre llega a destiempo.
La que se aleja justo a tiempo,
evitando baladíes,
y heridas de más.
Esa soy yo; desequilibrio en el planeta de los cuerdos.
Un espectro que abraza la demencia,
amparando las ilusiones, aferrándose a ellas…. a su subsistencia.
Sí, yo soy nada más que eso.
Una soñadora,
que sin importarle ninguna filología.
goza al hacer de todo esto, incomprensible poesía,

Tangarana, 2015