El jardín de los muertos

...
Íntimos secretos guarda el cuerpo,
desnudado del alma hasta los huesos,
develando en profundas soledades
los colores de su metamorfosis.
Su serena quietud escucha el eco
de las raíces húmedas y frías.
Sus cuencas son dos posos de aire y noche
esperando la luz de las estrellas
para absorber del polvo sus reflejos.
Encima de su tumba las nostalgias
floreciendo de amor, enrarecidas,
cual oscura mortaja de silencio
se inclina dolorida en el sepulcro...

...
Extraño sentimiento se pasea
por el jardín umbroso de los muertos.
Mezcolanzas de adioses pintorrean
el paisaje sombrío, yerto y triste,
como aleteos de aves nocturnales
abrumando el ensueño de la noche.
Lejos de las aromas enigmáticas,
alguien piensa, amoroso, en los recuerdos,
que estos seres difuntos olvidaron.

...
Montones de osamentas beben sombra
en sus nichos de tierra y roca negra;
quizá reverberando sus quimeras,
que alguna tarde aprisionó su vida.

...
De facciones marmóreas y angustiadas,
los ángeles aguardan las moradas
donde los cuerpos duermen esperando
aquella voz que va resucitando.

Germán G