18:30
poema de Lola Amapola
Con el café de las 18:30,
leyendo Hojas de hierba,
pensando en Herman Hesse.
Todo es tan violeta.
Moradas las uñas, las ojeras,
las rodillas.
Divagar se me antoja
a pastel de zanahoria. Dulce,
muy dulce,
ahora mismo.
El espectáculo del malabarista,
el senegalés mallorquín
me pide tabaco. ¿Es una excusa?
La fuente de la plaza se enciende
y brota el agua de ella
como los pensamientos
de mi encéfalo.
Mundo onírico en territorio neutral.
No vuelvas a casa, dice ese razonamiento hambriento
de observación.
Yo no dudo. No suelo hacerlo,
la certeza me acompaña
y eso a veces es tan temerario
que asusta.
No me retiro.
No me achanto,
No hay material suficiente
todavía
para una sobredosis de estímulos
Comentarios & Opiniones
Saludo. Interesante.
"Con el café de las 18:30",
¿Y seguir en la oficina hasta las 7.30? o ...
Autónomo es el caso y el café en una terraza frente al mar.
Y seguir escribiendo. Abrazo poético.
Un gusto enorme volver a leerte. Excelente poema.
Saludos
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