La paz habita en mí.

La paz habita en mí.
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La paz habita en mí, porque me inunda
Su Luz... y el sosiego que consigo
con su amor en mis plegarias ...
La paz habita en mí, porque sacié
mi sed en el remanso de sus aguas...
porque rompí mi ego en mil pedazos
y busqué el lado más humilde de la
vida, ¡el abrazo del silencio, que me
alumbra y que me calma..!

Él, conoce la altura de mi ruego
y las alas que lo elevan -el rezo
suplicante de mi alma-, ¡el amor
que le profeso!... Él, sabe que abrí mi
pecho a la verdad y mis ojos a su
luz... que cerré mi puerta al engaño
proceloso del placer y del dinero...
que enderezo con su credo el sesgo
lacerante de mi herida…

Él, conoce la altura de mis vuelos,
la espesura de mi sangre, la huella
de mis pasos, la meta de mis sueños...
¡Él, es el barquero de mi alma: el cenit
de mi norte, el aura que despeja mis
temores y todos mis desvelos…!

La paz habita en mí, porque llené mi
alforja de su amor y puse rumbo
a la verdad... y me liberé de las
cosas que apresan y que ahogan...

¡La paz habita en mi, porque me sumo
en el agua de su río, porque me
alumbro con las luces de su aurora,
e incendio con su fuego abrasador...
La paz habita en mí, porque me lleno
de su amor, y me calmo con la gracia
que recibo, de su bondadoso y
clemente corazón!

Autor: Francisco López Delgado.
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