Baile inolvidable

Si me preguntaran por mi lista de noches favoritas, se me viene solo una sonrisa a la cabeza.
Es que mi mente tiene la maldición de recordar momentos aleatorios como escenas de película.
Y sí, cada vez que cruzo el humo sofocante de una disco, recuerdo cuando aquel muchacho con sonrisa pedante me abrazó en medio de un mar de luces centelleantes.
Esas luces que poco contrastaban con su brillantez, porque sí, siempre he tenido fascinación por las cosas que brillan.
Y Dios, hubieran visto como brillaba su sonrisa cual “gato cheshire” en medio de la oscuridad.
Mi primer beso, lejos el mejor.
Cómo podría olvidar aquel baile inolvidable cuando besé a aquel chico bonito. Ahí, justo bajo la espuma que caía del cielo y “give me everything tonight” sonando de fondo.
Mi noche favorita, seguida por aquella en que me besó la frente, las mejillas y en mi inocencia creí que le gustaba. Aquella en la que me besó a los pies de esa escalera mecánica que ya no funciona.
Porque han pasado años y la verdad es que él siempre será mi baile inolvidable.
Y aún busco esa adrenalina, pero nada le llega a los talones.
Después de todo, no todos tienen momentos de película, como yo, bajo la espuma, en las manos del chico más lindo, con su sonrisa deslumbrante y sus manos traicioneras.
¿Sabrá él que está entre mis noches favoritas?