Tarde lluviosa

Mientras camina por la habitación
con inusitada ansiedad
la música suena lenta y cadenciosa,
para calmar la espera.

El hotel se torna triste,
las gotas de una lluvia pertinaz,
resuenan en la ventana de madera
hasta que ella no llega.
Todos tienen que mirarla
cuando camina por la acera.

Oye el ruido de un motor ,
abre la persiana,
un auto se detiene en la entrada
una hermosa pierna
se posa sobre la calle,
al instante su perfecto cuerpo
del auto sale,
saluda al portero y la pierde de vista.

Un toque en la puerta
no se hace esperar
su imponente figura se muestra,
su vista se nubla lo hace palpitar.

Su blusa medio abierta,
el jeans ajustado,
le quitan la calma
a cualquier humano.

Su rostro iluminado
por la suave luz del lugar,
cubierto en parte por su pelo,
no oculta su belleza sin par,
su andar enciende luces,
acrecienta ocultas pasiones.

Le da la espalda,
se sirve una copa de vino
sabe que el la mira,
su pelo cae sobre su cintura
un cigarro adorna sus labios.

No hay tiempo para muchas palabras,
aunque el sabe que luego se irá,
ella puede ser suya por un rato
pero nunca te creerá
sin duda siempre se marchará.

Su pensamiento es muy original,
jamás tu corazón lo entenderá ,
nunca se rinde,
le prometerá Venecia,
de Egipto una pirámide,
la luna,
ella es como ninguna.
Pero todo es una burda
mentira.

Sin que te des cuenta
te clavará un daga
se reirá mientras tu vida se escapa
no está nunca apurada.

Al final, arrojará a las sombras
lo que quede de ti,
donde nadie te encontrará,
solo pedirás perdón,
por haberla conocido
aquella tarde lluviosa.