A mi padre

Siempre con la verdad en la mano,
tú amor siempre estuvo
de mi lado,
aún en la oscuridad,
no conocía de límites,
ni arrepentimientos,
no tenía fecha de caducidad.

No tenía de que preocuparme
porque tus palabras
no se hacían esperar ,
aunque el día, de repente
en noche se convirtiera
tu siempre estabas,
todos los días,
como una profesia.
como el genio con su lámpara
como Harry Potter con su vara.

Y yo que muchas veces no entendí
la forma de expresar tus sentimientos
aprendí tu lenguaje de vivo ejemplo,
aprendí a conocerte con el tiempo.

No sabía por qué un día
te marchaste lejos,
te alejaste de mis juegos.
Los domingos me parecían eternos
esperando desde la ventana
que llegaras,
no importaban contratiempos
a pesar de la tormenta,
a pesar del viento..

Hoy daría todo lo que tengo
por pasar unos instantes contigo,
nos faltaron abrazos,
nos faltó una canción,
daría todo,
mi alma, mi más preciado tiempo.

Nunca faltabas
siempre con tu mano
que la mia apretaba, de
me salvabas.
A cualquier hora
que te llamaba, para
con tus palabras
en tu lenguaje atolondrado, tu
mis caminos despejabas.

Los domingos de béisbol ,
la pelota a la zurda me lanzabas,
los sábados a comer caña
que de las carretas del central,
arrancabas.
En las noches siempre había
tiempo para las tareas
y para jugar con el tren.

Ir al estadio, en una guagua llena
llegar de la escuela,
con mi uniforme azul,
esperarte los domingos en la noche
a la escuela, otra entrada
al parque Lenin cada semana.

Tendría tantas cosas que contar,
que de mi mente escapan
y aunque el tiempo ha pasado
y ya no soy el niño aquel
todavía sigo esperando
que abras mi puerta,
que se abra el cucho,
que pase aquel tren.

Hoy daría todo lo que tengo
por pasar unos instantes contigo,
nos faltaron abrazos,
nos faltó una canción,
daría todo,
mi alma, mi más preciado tiempo.