Encuentro fugaz.

Encuentro fugaz.

Hoy te vuelvo a ver,
y mis piernas las recorre
una descarga eléctrica,
que hace que camine mas lento,
solo te busco,
aún no te encuentro.

Subimos por la larga escalera,
como una de aquellas noches,
tengo miedo que te arrepientas,
y no llegues arriba,
que algo tu corazón sienta,
y que todo se vuelva quimera.

Me muevo nervioso en toda la esquina,
la esquina del reencuentro,
donde, una vez, al salir de la oficina
hace ya bastante tiempo,
con la luna en una noche loca,
nos dimos el beso,
más hermoso, que hasta hoy,
mi mente y mis instintos provoca.

Con un empujón y entrecortados respiros
abrimos la puerta
entre besos, gemidos y suspiros
mis brazos se me antojan pequeños
para rodear tu cuerpo y tu vida,
la ropa nos va sobrando,
se cumplen eroticos sueños.
Siento tu piel que roza la mía,
mis ojos que descubren tu belleza,
tu pelo enredado , más que nunca....
sostienes mis manos con bella dureza.
Tu pasión y tu locura de siempre,
semejan a una ardiente tigresa,
que con absoluta certeza,
con valor todavía prefiere
mostrar su más clara entereza.

Por fin te veo a lo lejos aparecer
después de tanto tiempo
te vuelvo a ver,
tu manera de caminar
es inconfundible, imposible de olvidar,
la ciudad te pertenece, es toda tuya,
no tienes manera
de tu felicidad ocultar.
no te preocupa nada,
derrochas sentimientos al viento,
porque tu amor no sabe esperar.
Un saludo, un tímido beso en tu mejilla,
como si te volviera a tener
parece que nada pasó ,
que al andar
el tiempo pudimos detener
que vencimos al cielo y al mar.

Volvimos a cruzar la mirada
a tomarnos de la mano
como si dominaramos un corcel invisible,
a saborear la ciudad de las escapadas
que antes cobijó callada,
como si no lo hubiera visto ya todo,
a un amor bello, distinto
y a la vez imposible.

En la oscura habitación,
te vuelvo hacer mía,
tus caricias despiertan
largos reposos,
dormidos letargos
ardientes recuerdos
deseos violentos.
sin fines ocultos
solo por acariciar al viento.

Conversaciones interminables
sorbos de vino a raudales
se suceden sin puntos finales,
como uno de aquellos días,
mientras las calles devoramos,
en busca de guarida confortable.
Ya no existe asunto
tratado con tibieza,
ni con temor a herirnos,
la vida ya nos pasó la cuenta
por los errores de antaño.
Pero la amistad permanece, se impone,
se consume en nuestras miradas y gestos
mientras en cada palabra tuya,
algo nuevo ahora observo,
tu gran corazón
es a ciencia cierta
la fuente y la razón
de tu inagotable belleza.

Bajamos las escaleras,
la puerta cierra otro capítulo,
si antes tenia miedo,
ahora estoy aterrorizado,
cuando veré tus ojos ,
y cuando volveré a estar a tu lado.
Más fríos que el invierno,
llegamos a la calle de alma vacía,
un beso con sabor a despedida,
lágrimas que se hacen imparables,
la vida saca su cruel espada,
y no tenemos escudo,
ni conciencia de lo inevitable.