LUNA TESTIGO

La luna era testigo de nuestro encuentro.
Nos miraba a ambos con curiosidad.
Yo estaba frente a ella, sonriéndole.
Ella me correspondía la sonrisa.
Una hermosa y genuina sonrisa.
De repente, ambos levantamos las armas que teníamos.
Pistolas de bajo calibre.
Sin dejar de mirarnos a los ojos,
Apuntamos al corazón del otro...
Y disparamos al mismo tiempo.