El infierno entre mis pensamientos

Dejo en claro que las calamidades que en el infierno yacen ante el clima de un tormento o la fiel tonada del vacío en el silencio son las ventanas hacia el hórrido llanto de los mártires que sacrificaron en vano todo su tiempo, tal como lo había escrito este poeta en el legado de un oscuro invierno, la nada es aquel lugar donde lo inverosímil y lo absurdo toma formas inexplicables para la humanidad y su intelecto.

¡Horribles cosas pude ver más allá en el infierno!, criaturas pálidas y desalmadas, sonidos oscuros provenían de sus miedos, levanté la mirada ante lo obvio, era la clara evidencia de lo escalofriante, el vacío abismal de las almas sin descanso eterno, un ilustre sufrir tan decrepito como el hades en medio de los lamentos, tan insípido en su directriz como el aire en el sustrato hostil de un inerte cuerpo.

Voces malditas por todas partes crujieron, todo a mi alrededor se tornó extrañamente placentero, mi carne jadeaba intensamente ante el placer sublime de lo obsceno, era como si la oscuridad subyacente en mi conociera el sendero de los muertos. Luego de mirar pausadamente las calamidades que rodeaban mi existencia en aquel momento, todo se hizo gris ante la presencia de lo incierto, incluyendo la luz de los vivos que provenía de los cielos.

Un suave susurro impartía la cruel melodía de un demonio en el oscuro jardín del silencio, cuyo profano violín ha sido audazmente interpretado desde el inicio de los tiempos, tan hermoso como se podía oír, tan sublime como la nada en el incomprensible arte melódico de lo convexo, hilando las vidas en la desgracia, cavando tumbas en los anhelos. "Ciertamente es una metáfora comparado con lo que mis ojos vieron en el ocaso de los que aún siguen despiertos."

Poco a poco se fue adaptando mi cuerpo, parecía que una vez más era un agente participante en dichos eventos, seguí caminando hacía un acantilado obtuso el cual finalizó en la planicie de un inhóspito desierto. Más allá del ocaso, un sillón yacía tras un viejo camino adornado por féretros, seguí hasta llegar al final donde no había más que un viejo sillón, colmado de un lino rojo y una sombra que ocupaba el lugar de los inmortales y los eternos.

Lentamente se levantó del sillón aquella sombra torneada de maldad y apuntó vilmente hacia mí con aquello que escasamente parecía su dedo, disponiéndose a continuar se aproximó sutilmente mientras una perversa sensación invadía todo mi cuerpo, aquella vil cosa con túnica destellaba su aura profana en un antiguo campanario lleno de lamentos, danzante la brisa de aquel lugar, tan densa que cortaba el frío aire de lo perpetuo.

Mi alma propuesta a seguir anclada en ese lugar se aferró a la voluntad de aquello, aquel sentir profano cada vez más intenso. Una vez tan cerca como quiso se postró ante mi aquella sombra hórrida con auge plutónico de los infiernos, me observó plácidamente por unos segundos tras esa túnica gris, asesinando horridamente el silencio de aquel momento, mi mente quedo pausada tras el mensaje descrito lentamente por la prudencia siniestra de sus labios muerto "bienvenido al laberinto de tus miedos, bienvenido al cementerio de tus pensamientos, bienvenido al funeral de tus sueños, bienvenido al oscuro inconsciente tras el abismo de tus ojos negros"

๑۩۞۩๑Evans Infernus๑۩۞۩๑

Comentarios & Opiniones

María Cruz Pérez Moreno -acnamalas-

Felicitaciones por tu amplia, interesante y hermosa obra. Un placer la lectura. Saludos y se feliz.

Critica: 
Diosa del amor

Que buena

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