Cavernícola herido

poema de Etcétera

Secaste sus esplendores.
Achicaste sus libertades.
Malograste su voluntad...
Y chantajeaste sus glorias.

Todo por no quedarte
solo y avergonzado
luchando con tus errores
como un verdadero hombre.

Y ahora, pobre cavernícola herido,
¿la llamas amargada?