Noventa grados
poema de Escarcha
En privado, en un rincón, ausente
miro al techo y veo un ángulo perfecto
noventa grados
y recuerdo aquella vez
durante mi infancia
que un profesor eufórico
nos quiso transmitir
todo su entusiasmo
de un algebra irrebatible
pero ahora, después de tanta vida
hay tantas variables en la ecuación
que ya no distingo, ni aprecio
el ángulo recto
los 90 grados, son poco para mi
corazón que ruge, corazón que late
y combate una teoría tan frágil
tantas veces dañina
que con solo achinar mis ojos
y zarandear mi cabeza
vive sin limites una realidad
sin ángulos rectos
quédate tu exactitud
vive en tu realidad exacta
mis ojos solo ven
lo que siente el alma