AMADO PADRE MÍO

AMADO PADRE MÍO
Hoy que dolores y tristezas
se derraman en mi vida
y que humanos cataclismos mi corazón golpean,
pienso en usted amado padre mío.

Hoy me aferro a su recuerdo,
porque lo necesito
y porque la muerte inclemente
arrancó de mi vera
los latidos siempre entrañables
del hermoso corazón de mi madre.
-su entrañable amor de toda la vida-
quien era mi todo.

En este desgarrador momento
en el que Dios y la vida
cierran sus ojos,
y cierran sus brazos,
y simplemente no responden a mis cuitas,
yo,
aterido de un frío dolor que golpea mi alma,
lo siento cercano a mí,
cálido como llamarada,
delicado como un suspiro,
único,
como el ángel que desde su muerte física
usted es para mí;
acompañándome
en este momento lacerante de mi vida,
en donde mi madre,
llena de apacible frescura
cerró sus ojos a la vida,
dando testimonio de amor y dulzura,
entregando su corazoncito cansado,
al Dios de la vida.

Y usted Padre amado, está conmigo,
para con su presencia callada
arrancar de mi alma tanto dolor,
tanta amargura
tanta soledad,
tanta lágrima
y tanta pena.

Y junto al cadáver de mi madre,
cirios, relicarios, inciensos y flores con rocío,
aguardan su física partida definitiva y lastimera.
Y junto a mi dolor profundo y mi inmensa pena,
su compañía de padre, su serenidad, su presencia
su llanto callado,
abrazan mis sollozos y mis lágrimas
con su bondad y ternura infinita

Por ello,
como en tantos otros días
pienso en usted amado padre mío
hoy que dolores y tristezas
se derraman en mi vida
porque usted y mi madre adorada
físicamente, ya no están conmigo.

Derechos Reservados