Entrada #1: Una noche agitada

poema de EmptyJack

Una noche cualquiera
después de un día común
el frío se apodera de las paredes
y las luces se apagan,
pero puedo ver

Como si hubiera pasado tanto tiempo tras la sombra
que mis ojos se adaptaron a ella
haciéndose mi mundo
y ahora puedo ver

Y escuchar...
escuchar un ruido viniendo desde afuera
¿Qué era?
desde mi plácido lugar
sólo podía oír
era el caer de las gotas
eran arboles moviéndose con el viento
era lluvia

Nada que me debiese alarmar
nada que me impidiese proseguir
debía seguir con mis cosas
debía mantener sereno mi pensamiento
que hasta entonces prevalecía con bravía

Y así fue
el tiempo corrió y no me decepcionó
me encontraba entonces calmo
mis ideas fluían como de costumbre
pero debía parar, la hora de dormir había llegado

Satisfecho, a mi cuarto continué
al entrar, algo llamó mi atención
mi ventana,
la ventana sobre la parte superior de la cama
la ventana sobre mi almohada...

Continuaba lloviendo
y no me había percatado
Temeroso, me acosté en la cama
pero el silencio se había ido
y dejado truenos y rayos en su lugar

Los ruidos estridentes de los truenos me comían la cabeza
eran tan fuertes que parecían producirse en mi propio cerebro
y los rayos...
tan blancos...
me cegaban cada vez que resplandecían desde la ventana
la ventana, que estaba justo sobre mí
sobre mi cabeza, la misma que estaba perdiendo

No me dejaba en paz,
esa sensación de ahogo, desesperación y locura que me invadía
mi cuerpo empezó a sudar
y mi mente a delirar
a olvidar donde y cuando estaba

Era agobiante
imágenes surgían en mi mente al ritmo de los rayos
tan sólo flashes
pero un grito les acompañaba
la voz de un pequeño niño, gritando desesperado
era intenso, era insoportable
mi cordura disminuía cada segundo
pero la voz...
su voz aguda sólo tan desesperante como su tono
que pedía piedad
que pedía compasión
que pedía perdón

Me sonaba tan familiar
pero apenas podía pensar
un zumbido mataba mis oídos

"¿Quién eres?"
"¿Por qué te recuerdo?"
Las únicas cosas que mi agitada boca pudo pronunciar
antes de que mi mente, y mi cuerpo
decidieran rendirse
y desmayar.