Aquel paisaje

poema de Eli Mandino

Un par de callados ojos que brillan más que la luna
de un infinito café oscuro que te deja sin aliento
que limitan al norte con tus interminables pestañas,
y al sur con unas ojeras pronunciadas y misteriosas.

Un bosque de cejas pobladas de color negro azabache
que marcan el comienzo de tu intrigante mirada,
unas mejillas que matizan en rosa cuando estallas de alegría,
y una nariz algo arqueada que marca el centro de tu rostro.

Una encantadora boca ligera en tonos rosa y marrón,
que fascina con su dulce sabor a coctel de moras y fresas,
con esos labios como ondulantes olas de un mar sereno
que desde lejos parecen invitarme a navegar en ellos.

Unas manos inmensas que lo que tocan van quemando,
retazos de seda fina que te encienden en brazas vivaces,
unas palmas amplias como playas de arena caliente,
y unos dedos perpetuos capaces de asesinar y dar vida.

Unos brazos alargados que asemejan ramas corpulentas
donde se puede uno columpiar y dejar llevar por el viento
estando dentro de ellos escapa un tórrido y exquisito aire
que se mezcla con el aroma enviciante de tu tostada piel.

Un pecho que se convirtió en mi pradera favorita
donde los pájaros trinan al son de tus fuertes latidos
prados color miel y moca que tiene el don de curar el alma
y donde siempre cae la lluvia agridulce de tu sudor.

Aquellas colinas fértiles de tu deliciosa y eterna espalda,
que comienzan donde termina tu excitable cuello añejo
que avanzan hasta donde las húmedas fantasías lo permiten
y rematan con uno de los lunares más perfectos que jamás soñé.

Unas piernas que son sendero a tus ruinas impensables
que inician en tus muslos torneados con olor a frutos secos
que conducen a tus rodillas oscuras y ásperas
y que avanzan en un camino delirante hasta tus pies.

Aquellos lunares insólitos y reveladores de magia
que recorriendo tus senderos alguna vez descubrí
y esas zonas misteriosas que no sabría cómo pintarlas
en las que te sumerges en oscuridad y renaces llena de luz.

Tu perfecta silueta a contraluz en mis mañanas
es el mejor amanecer que he tenido en este mundo,
y la tenue sombra que produce tu cuerpo sobre el mío
es el cielo oscuro que me lleva al deseado anochecer.

Ese mágico mundo del que un día fui conquistadora,
y que ahora diera la vida por salir de su destierro,
porque sé que entre sus ruinas está escrito mi destino
recorrerlo para encontrarme al perderme para siempre en ti.

Comentarios & Opiniones

LUZPAZ

BELLOS VERSOS, TINTE NOSTALGÍCO Y ROMANTICO. SALUDOS Y AMISTAD.

Critica: 
lumicradle

Hermosa obra llena de sentimiento
Un gusto leerla
Saludos fraternos...

Critica: 
Joelfortunato

Buen escrito, con su ternura y su nostalgia, especial uso de buen léxico. Un gusto leerlo. Saludos y amistad le envío.

Critica: 
JAIME REYES(JAIME REGAL)

bellos letras con mucha nostalgia, un gusto leerte saludos.

Critica: 
Eli Mandino

Gracias amigos por sus comentarios, siempre es un gusto recibirlos. Un abrazo

Critica: 
Eli Mandino

Espero que le guste al homenajeado, porque era un regalo de cumpleaños.

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