Teléfono Descompuesto

Recuerdo de pequeño
al jugar teléfono descompuesto,
yo le ponía tanto empeño
para que el mensaje llegara al resto.

Yo creía en la integridad de la palabra,
no sabía lo que me esperaba.
Pues más que solo un juego,
jugar con palabras es jugar con fuego.

Era una simulacro de vida,
que en su momento no comprendí.
El mensaje que va de salida,
No siempre llega así.
Y por una frase no entendida,
hay quien pierde la partida.

Porque lo que uno piensa
no es en realidad lo que uno siente.
Y lo que estuvo en la cabeza,
es distinto a lo que uno habla.
Como si fuera poco,
lo que uno escucha,
nunca es verdaderamente lo que uno dijo.

Cada quien termina con su propio mensaje.
Y como en el juego,
Mas de alguno hace un coraje.
Pues cuando se trata del lenguaje.
Parece que no haber verdades.