Cinderella

(CINDERELLA)

Deja que te cuente una hermosa
poesía que hable de ella;
de mi amada ninfa
de nombre Cinderella

Era una gran estrella…
Lo recuerdo muy bien.
Su brillo iluminaba
al mil por cien.

La conocí un día vagando
sin rumbo y sin destino.
En ese tiempo se unieron
en besos y abrazos nuestros caminos.

Marchábamos juntos
tomados de la mano.
Nos amábamos tanto en este
hermoso plano.

Era zalamera y condescendiente,
carismática pero rebelde.
De piel rosácea y de hermosos
ojos celestes.

¡Ah, pero su pelo…!
Era de un castaño cenizo,
largo y enmarañado.
Con un flequillo hermoso
liso y curbeado.

Me enamoré de su pelo;
le decía “Mi greñuda".
Y otras tantas veces:
"mi Bruja testaruda".

Su naricita era respingada
Y su risita… ¡Ah, mi dios!
Su risita, era para mí
tan linda y apreciada.

¡Oh, me encantaba
que me cantara…!
Se lo pedía a diario.
Mientras que con uno de sus
brazos le decía que me acicalara.

Yo la amaba sin lugar a dudas…
Y Ella me amaba a su antojo.
Solo que había un problema.
“yo era blanco y ella rojo".

Nunca tuvo una vida llena de encantos.
Pero era toda una experta bruja.
Que ahuyentaba de mi vida, todas
mis brumas y espantos…

Poseía ese don…
Que con tan solo un beso de su boca:
exorcizaba mis depresiones y dolor.
Transformándolas en dicha y amor.

Era toda una hechicera;
de esas que te roban el alma
con encantos a la primera…

Si, era bajita y un poco sonsa;
era mujer y una estrella.
De mirada tierna, pero orgullosa.
De esas que iluminan cualquier alma
de una manera maravillosa …

Como la extraño incluso hoy.
Fue lo más cercano en lo remoto.
La única digna con la cual hice
un pacto de sangre y un boto.

Pero solo puedo decir
Amigo lector…

Que me topé en cierto día, caminando
por la vereda a cierta estrella.
Que procedía de lo más alto,
de nombre “Cinderella”.