Los días del pequeño Cronos

Sentado en su silla,
escudriñando,
envidiando los talentos
de tus hijos que se encierran,
tratando de dominar sus artes,
los jóvenes bailan y cantan
y tú solo te preguntas
¿Yo soy viejo?
y te acercaras a ellos
remarcando sus defectos,
tratando de destruir sus vidas.

Dejé que te acercaras demasiado
y me has comido las piernas,
los brazos, el cuerpo,
de un día para otro,
de un descuido,
pero no pudiste con mi cabeza,
que guarda una mirada de dolor
y enfado y mis labios
que pronuncian
¡Dejame vivir mi vida!
y te has alejado...
ahora me regeneraré del daño.