Un país que yace en mi memoria

Érase un país
que yace en mi memoria
con grandes columnas y copiados capiteles
sostienen cautivas esperanzas
apretadas entre el odio y el dinero.

Érase un país
que indaga en mis arterias
donde la gente linda y sencilla
camina de puntillas
para no enojar al miedo.

Érase un país
en el cuenco de las Américas
donde los taxis pasan veloces
y las calles desalojan las noches
en resuellos militares de silencio.

Érase un país
que sueña en mis entrañas
vívido de sus defectos,
la anti-historia que arremete
ebria de coca y poder
desde cortes oscuras, salones dorados
y legislativos desniveles.

Érase un país
donde la pobreza declama
en las esquinas de voces infantiles
Regatean noche y día
un dólar de embargada inocencia.

Érase un país
donde los desalientos no son jóvenes
Jóvenes son sin embargo,
los botines de guerra,
las voces feministas del nuevo tiempo.

Érase un país
que aun teje sus telas
con roja tinta y calladas canciones de protesta
Junta día a día,
manos sencillas e impacientes presencias.

Érase un país, no muy lejos
que yace permanente en mi memoria
Magnífico en sí mismo
que sacude las ventanas del tiempo
y aletea lentamente,
Muy lentamente,
latidos de existencia.

del Libro Asuntos Inconclusos, marzo 2013